miércoles, 30 de junio de 2010

Japón: Día 14-Tokio (Shibuya, edificio Sunshine 60)

Hola!

Hoy ha sido mi último full day en Japón. Me lo tomé con calma porque no estaba de humor para hacer grandes descubrimientos, me da tristeza irme y dejar tantísimas cosas que he visto. No obstante, el tiempo fue bueno: hubo un poco de sol, no mucho calor... estuvo bien.

Qué hice hoy? Hoy fui a Shibuya y allí me quedé paseando viendo un montón de tiendas enormes de moda y música. En Shibuya todo es frenético: la gente cruza la calle en masa cada vez que el semáforo peatonal se pone en verde, todo un caos ordenado. Entré en una tienda de discos realmente grande llamada HMV que tiene música de todos los estilos y que ocupa unos 4 pisos si no recuerdo mal. Escuché varios discos pero compré el nuevo de Kylie Minogue "Aphrodite". Además de esto paré por una cafetería que se llama Tully's y me compré una bebida de mango riquísima, con mango natural triturado y hielo. La primera foto es la de Hachiko, un perro que existió y que siempre acompañaba a su amo hasta la estación de Shibuya para ir a trabajar y luego volvía para esperarlo regresar del trabajo. Su lealtad era tal que 10 años después de la muerte de su amo, Hachiko aún iba a esperarlo.






Después de esto di una vuelta más por el lugar y entré a una tienda de ropa enorme llamada 109 men. La ropa es muy japonesa: recargada y difícil de imaginar fuera de allí. También era bastaaaante cara, demasiadoXDDD así que me contenté con echarle un vistazo e irme.

Después de un par de horas dando vueltas por Shibuya cogí el tren y me dirigí a Ikebukuro, en esta zona hay un edificio llamado Sunshine 60 que tiene un mirador y tenía ganas de ver el atardecer de Tokio en él. Después de un rato buscando el edificio, a eso de las 7, llegué por fin y me encontré con unas vistas preciosas de la ciudad. Me quedé dando vueltas y haciendo fotos en el mirador durante una hora más o menos y mientras pensaba en todo lo que había visto, en lo increíble que era el hecho de despertarme en un sitio un día y al finalizar el mismo encontrarme a miles de kilómetros de allí. Me puse melancólico (como siempre, el que pongan música clásica ayudó. Bueno, la música clásica y las vistas, y el atardecer, y la noche, y las luces y el hecho de que el viaje llega a su fin) y empecé a sentir tristeza de verdad por tener que irme, aún sabiendo que no me podría quedar aunque quisiera.



Me encontré con unos arbolitos en los que la gente escribe deseos en un papel y luego los cuelga en las ramas de estos. Y deseé con todas mis fuerzas.
Acto seguido me fui del edificio y volví al hotel, en el camino compré una mochila a cuadros azul...turquesa??? y negros...muy mona... snif snif... bueno, llegué al hotel y me puse a escuchar el disco y a perder el tiempo y naaada, aquí estoy ahora.

Mañana a ver qué me invento para hacer hasta que salga el vuelo...un abrazo a todos y nos vemos (la mayoría) pronto.


2 comentarios:

  1. Jooo!!
    que penita que ya se acabe...
    Pero veo que te lo has pasado genial!!
    Tendras que volver y hacer las cosas que te has dejado por hacer ;)
    Un besito muy grande y que tengas un buen viaje de vuelta aventurero!!
    Vamonos Átomos!!

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